EL
SERMÓN DE LA MONTAÑA
seguido
de
ODA
EN VIAJE
No
espanta la poesía más que a quien lo merece.
Fernando
Cabrita
Asistimos
durante este sermón ―en realidad, una (anti)oda dividida en VIII
capítulos― a un deliberado y sentido homenaje al confeso padre
espiritual de nuestro autor, que no es otro que el estadounidense de
la Generación Beat, Allen Ginsberg, aunque por el camino se rinda
también tributo a la influencia que Ezra Pound y otros intelectuales
han ejercido en su escritura y en su forma de ver el mundo a través
de la poesía, con nuestro Vicente Aleixandre entre ellos, digamos de
pasada.
Sus
versos, a veces tan largos como un gato desperezándose, están
repletos de preguntas por contestar, así como atravesados de punta a
punta por los incontables viajes que ha llevado a cabo este olhãnense
errante, que le sirven para hacer referencia tanto a vivos como a
muertos, así como para confesarnos y reconocer algo que a bote
pronto puede sonar terrible:
Mira cómo corren
los caballos, estas
ágiles
palmeras mesadas por el viento, sus crines,
sus
largos meses, el horizonte donde cada barco
expone
los árboles viejos, el índigo crudo de los días, la
[ceniza
acre de las calles
―y
cómo yo, que las he atravesado por evitar Portugal,
¡me
pienso cada vez más portugués!
También
hay lugar para otra de las constantes en la escritura de Fernando,
como es el uso y disfrute de otras lenguas ajenas a la suya ―en
este caso con claro predominio del inglés―, y para rendirse a una
de sus más claras debilidades:
… Sevilla,
mi dulce Sevilla, cuyos vericuetos caminé
bajo
esta felicidad grácil que revive en el aire andaluz, Sevilla
cuyas
noches he tenido por plazas y orillas, de la Sevilla
[magnífica
que
tiene el rostro de María Paz, su sonrisa dulce y
[encantadora…
Aclaremos
por último que este particular texto fue escrito entre su ciudad
natal y la infinita
Nueva York hace justo veintiún años, y que tan solo ahora,
felizmente, ve la luz, con el inconfesable deseo de no espantar a
ninguno de sus (im)posibles lectores.
****
Ya
en su segunda parte se nos ofrece una Oda
en viaje que cinco años
después podemos disfrutar en castellano, gracias al buen hacer del
reputado traductor onubense Manuel Moya, que volcó todo el libro a
nuestro idioma. Y siguen como divisa poética las preguntas:
¿Habrá
todavía una palabra que diga lo que siento
cuando
ya no sepa sentir?
¿Habrá
aún algún dios imperturbable
que
se desasosiegue entre los ruidos de la bruma?
Abundan
las ocasiones en que damos con versos sueltos que nos zarandean de lo
lindo, porque constituyen verdades como puños:
La
hierba crece sobre los imperios muertos.
Para
tan solo un poco más adelante pedirle una imposible aspiración al
sueño:
Dame
la oda, la oda, la oda,
la
oda-sueño donde todo se confunde con todo
y
donde los caminos
siempre
conducen a donde no sabemos.
Como
no podía ser de otro modo, hay tiempo y lugar también para que
surja la confidencia desde lo más profundo de su alma lusa, lo cual
le sirve para mostrarnos ―por extensión― el sentir de nuestros
vecinos:
A
veces golpea en mí una nostalgia intraducible,
y
una oda busca un suelo donde brotar.
Estamos
hablando aquí de una poesía que viene a mostrarnos a las claras que
lo más importante para quien la tiene como cotidiana herramienta, no
es ni mucho menos su hallazgo definitivo, sino más bien su constante
búsqueda y el hacer de ella gozoso camino:
Sigo
soñando la oda que todo lo diga y todo lo resuma
en
esa sola palabra,
la
que no existe,
la
que yo busco,
la
que se deshace en niebla y lago
cuando
me acerco a ella.
… extraña
y bella como un dios agnóstico,
dios
sin rostro que no cree en sí mismo, incluso si lo tuviera.
Joaquín
González Málaga
www.creaturasliterarias.es
Cabrita, Fernando
Portugal,
1954. Abogado y escritor. Ha publicado cerca de 30 títulos de poesía,
critica literaria y ensayo. Ha impartido conferencias sobre temas
históricos y literarios en Portugal y España. En sus trabajos de crítica
es especialista en poetas portugueses y españoles, particularmente
andaluces.
Editado en Portugal, España, Francia, Marruecos y Puerto
Rico, cuenta con diversos reconocimientos; entre ellos, el Premio
Nacional Sílex 1980; el Cidade de Olhão 1987; el Premio Nacional João de
Deus 1997; el Premio Nacional de Poesía Mario Viegas 2008; y el Premio
Internacional de Poesía Palabra Ibérica 2011. Ha participado en diversos
Festivales de Poesía y Ferias del Libro en Portugal, España, Francia,
Marruecos y Puerto Rico.
Ha publicado poemas y artículos en distintas
revistas y antologías. Organiza, así mismo, el Festival Internacional
Poesía a Sul, en Algarve, Portugal.
Su último poemario es EL SERMÓN DE LA MONTAÑA (Tenerife, 2017).
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