Segundo poemario de Mariví González donde ella se
confirma como una de las apuestas para un mundo literario que dejó atrás las
dudas y vive no ya la soledad del chopo sino la plenitud de la alameda.
Aquí está la férrea dulzura del presente, la contumacia
del pasado que se asoma plagado de amor y de bellísima crueldad lírica, la
promesa de un viento de futuro, una mezcolanza de sentimientos expuestos al sol
de la poesía, fraguando un universo en el que todos nos vemos reflejados.
Hay ajustes de cuentas con las tempestades y las
decepciones, hay evocaciones de los entonces que nos habitaron un día, hay un
sentimiento de la nada que tanto se pasea a veces por el barro, hay un canto a la esperanza diaria, hay una
insistente indagación del ser humano que nadie como ella ha perseguido hasta
encontrarlo.
Y de ello sale un océano de tanta poesía acumulada
en un bellísimo lenguaje que jamás se viste de desgana, ni para decir que se
vive o se muere, o que nos desvivimos con derecho a vivirnos.
Aquí están otra
vez las huellas de la vida, tan reconocibles que parece que llevan el nombre de
cada uno de nosotros.
Publicado por la
editorial Lulu.com, se puede adquirir por 3,20 euros.
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