Poemario “Mujeres de Mimbre” de la poeta Raquel Serdio.

El martes, 16 de julio, a las 19,30 horas, en el MAS (Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria) se presentó el poemario “Mujeres de Mimbre” de la poeta Raquel Serdio, quien estuvo acompañada por: 

·        Luis Alberto Salcines, editor y director de la colección de poesía la Grúa de Piedra.
·        Marta Mantecón, autora del prólogo, comisaría y crítica de arte.
·        La música la pusieron el grupo Arrayán ( Luis Antón, a la guitarra, y Manuel Iglesias, cantaor) y Luisa Bahillo (al violín)


RAQUEL SERDIO: Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo. ha participado en La esquina del tiempo (Peonza, 2000) y Una mirada a la vida (Consejo de la Mujer, 2010); es autora de tres libros de poemas: Cuaderno de Rozalén ((H)ALA!, 2000), En un lugar que yo veo (Devenir, 2003) y Mujeres de Mimbre (La Grúa de Piedra, 2013). Algunos de sus poemas aparecen recogidos en diferentes antologías colectivas. Entre 1998 y 2002, formó parte del colectivo (H)ALA!, revista de palabras, con el que editó una revista y una pequeña colección de poesía. Es además co-autora del estudio Damas ilustres y mujeres dignas. Algunas historias extraordinarias del siglo XX en Cantabria (Dirección General de la Mujer del Gobierno de Cantabria, 2007).







POEMA del libro Mujeres de Mimbre

Caminas errante
Mujer

contra la mudez
contra el olvido

Resbala
por tus muslos
la sangre

Hay montañas de lava alrededor
despojos de un mundo hecho ceniza

Sangras
acuclillada
sobre la tierra vacía
sobre la tierra abierta en canal

Resbala
por tus muslos
el miedo
Un ara aguarda el sacrificio
la ofrenda de una vida
menguada y silenciosa

Caminas desnuda
Mujer
bajo un crepúsculo de azufre

con los restos de la consumación.



A MODO DE PRÓLOGO

¿Quién eres tú que extrañamente eres yo?
Hélène Cixous[*]


Este poemario se empezó a gestar hace siete años, en paralelo a un trabajo de documentación e investigación materializado en un libro que recogía la herencia de unas cuantas mujeres que, desde distintos ámbitos de la vida y el pensamiento, contribuyeron a mejorar el curso de la historia. Los primeros versos del poema que abre la segunda parte, Hijas de Araña, fueron escritos por aquel entonces; el resto, tuvo que esperar siete años más para acabar de conformarse. El resultado de todo este proceso son veintiocho poemas madurados poco a poco, respetando el tiempo necesario para aprehender los hallazgos encontrados al tirar de esa especie de hilo invisible que entrelaza las experiencias y los saberes de tantas mujeres extraordinarias que, a menudo, han permanecido en las sombras, rodeadas de silencio. Raquel Serdio explora lo que Hélène Cixous definió como el «continente negro», habitado por ese otro (nos-otras) todavía no pensado –o no suficientemente pensado–, relegado durante siglos a un fuera doméstico, no-público, casi siempre olvidado en los márgenes del gran relato de la Historia y cuajado de esperas transcurridas al otro lado del umbral, desde la otra orilla.

Este legado sin testamento se nutre de lo aprendido junto a aquellas mujeres que han calado hondo en su vida: abuelas, madres, hermanas, amigas y compañeras que han recorrido con ella buena parte del camino, dejando su impronta. Mujeres de Mimbre es, en este sentido, el fruto de un viaje jalonado de estancias y travesías, vivencias compartidas, lecturas y conversaciones, complicidades e intercambios. Cada poema recoge la fuerza, el coraje, la creatividad, el amor, la capacidad de goce y, en general, los valores descubiertos al lado de todas estas mujeres sin arquetipo, ancianas o jóvenes, conocidas y anónimas, siempre urgentes; mujeres que reverdecen con los años, que agarran la vida, que aprenden en círculo y saben comenzar de nuevo; mujeres migrantes, sabias, maestras en el arte de la escucha y el cuidado, trabajadoras del campo o de los muelles, que levantan hogares y protegen la vida, tejedoras de redes que construyen vínculos y enlazan existencias; mujeres que, la mayor parte de las veces, no saben lo valiosas que son.

La poesía que brota de estos silencios no se encierra, sino que aprovecha el poder de vagar y fluir libremente entre vocablos e imágenes, escuchando los ecos del pre-lenguaje y trenzándose con la palabra oral. Sus versos no describen, sino que se transportan nos transportan más allá de las sombras, sin puntuación, huyendo de binarismos, oposiciones irreconciliables o jerarquías, a sabiendas de que la escritura no está obligada a reproducir el sistema, ni ninguna ley sostenida desde el logocentrismo.

Las referencias a la naturaleza, como espacio de tránsito y también como anclaje –memoria de una infancia vivida en plena comunión con el medio natural–, son constantes. Las mujeres que vertebran los poemas de Raquel Serdio están firmemente asentadas en la Tierra, se espacian en ella, conectan con su infinito ciclo de renovación y navegan en paisajes abiertos, al compás de las estaciones.

El propio mimbre que da título al poemario, una fibra vegetal tan flexible como resistente, se teje para nombrar –y, de paso, desolvidar– sus cuerpos, recorridos de múltiples significados que se expanden. Raquel Serdio, consciente de que no existe un yo unitario, sino una heterogeneidad radical y necesaria, recibe la alteridad como un don maravilloso. Se convierte en otra, en otras, haciendo que sus voces se dejen oír, entonando el ser de las múltiples vidas que somos, experimentando –tal como sugiere Hélène Cixous– “lo que ella no es, lo que es, lo que puede ser”. Sus versos, permeables, magnéticos y llenos de vida, celebran la experiencia de reconocerse y reconocer a otras mujeres bajo un mismo latido.

Mujeres de Mimbre es, fundamentalmente, un canto lleno de gratitud y admiración hacia todo lo recibido. Raquel Serdio compone sus versos para ellas, desde ellas, con ellas. Canta el privilegio de ser, igual que ellas, parte de una misma genealogía que nos lleva hasta el viejo mito de la Abuela Araña, omnipresente en varias culturas, que sirve de guía a los seres humanos a través de diferentes estadios evolutivos, invitándonos a ser hilo. Su hilo.

Marta Mantecón


* Las referencias a Hélène Cixous proceden del libro La risa de la medusa. Ensayos sobre la escritura, editado por Anthropos, Barcelona, 2001.

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