OxímoroN bajo la mirada del crítico musical y poeta Francisco Javier Irazoki

BLUESÍA


     OxímoroN es el nombre de la aventura más reciente de tres creadores catalanes. En Bluesía, su primer fruto, combinan música y poemas.

     ¿Qué hallamos en el trío y en el fruto?

    
Francisco Javier Irazoki
Además de poeta, Cesc Fortuny i Fabré es un músico que afronta sin miedo los riesgos artísticos. No transmite la satisfacción de la vejez creativa. Ni ofrece minucias musicales con verborrea laberíntica. Yo le encuentro cierta analogía con Frank Zappa. Como el americano, Fortuny sale de la electrónica popular -ahí está su base de blues- y llega a la explanada donde han confluido los experimentos vanguardistas. Si Zappa, al final de su vida, compuso obras que en nada desmerecen de la estética innovadora de György Ligeti, Cesc Fortuny i Fabré ha sumergido intencionadamente el talento en los ruidos. Busca entre fronteras borradas. Es difícil ir más allá.

     Un músico sensible sabe acompañar. Cesc Fortuny i Fabré se cala aquí el sombrero de los viejos bluesmen, se acomoda en una silla flamenca y desde esa discreción suena la guitarra con vibraciones metálicas. Las intensidades vienen de su manera emocionante de tocar la armónica. 

     Marian Raméntol Serratosa y Jaume Vendrell se encargan de la poesía. Marian Raméntol se ha consolidado con el mismo coraje que Fortuny. Lleva escritas muchas páginas, y todas ellas contienen explosiones de imágenes. En sus libros no encontramos el temor de los minimalistas, sino un talento y una fuerza alejados de las modas. Otra vez la palabra aventura. También Jaume Vendrell, el más joven del trío, aparta la escritura tímida. Ya en la primera obra literaria que ha editado nos comunica ejemplos de energía ingeniosa.  

     Con Bluesía y sus autores, todos quedamos a salvo de la paz artística.


     Francisco Javier Irazoki. (París, abril de 2013).

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