
El autor nos dice:
Puedo jurar que mi obra surrealista es honesta, pues sobre ella no tengo el menor control ni capacidad para manipularla. Estos mundos extraños fluyen como dictados desde algún lugar muy recóndito de mi inconsciente, que yo mismo desconozco; y se manifiestan como visiones que parten de figuras humanas que mutan y se transforman en sugerencias oníricas y fantásticas, que al ponerme en la posición de espectador, yo mismo me asombro y las siento ajenas. Por ello carecen de explicación objetiva, y requieren la participación activa del espectador. Yo sólo invito y doy los boletos para el viaje; es el espectador quien decide las características del viaje. Eres tú quien debe hallar el mensaje, yo sólo soy el mensajero.
0 Comentarios