Durante los días 29, 30 y 31 de julio tuvieron lugar en Tarazona, Litago y el monasterio de Veruela las actividades del IX Festival Internacional de Poesía Moncayo.
El día 29 se iniciaron los actos en el Conservatorio de Música de Tarazona con un homenaje al enorme y querido poeta y cantautor aragonés de dimensión universal José Antonio Labordeta, con la presencia de éste, pese a su delicado estado de salud.
El acto sirvió para presentar el libro “Hundiendo en las palabras las huellas de los labios. Poesía y canción de José Antonio Labordeta”, de Mario Ruiz Arganda, publicado por Olifante, Ediciones de Poesía.
A continuación tuvo lugar una lectura de poemas, coordinada por Ana Alcaraz, a cargo del Taller Literario Tierras del Moncayo. En ella intervinieron la propia Ana Alcaraz, María José Andréu Jiménez, María Luisa Gómez Gascón, María Victoria Díez Legorburu, Mercedes Mairal Ordovás, Milagros Morales García y Victoria Puig.
Se completó el acto con la actuación musical de Alam Folk.
El día 30 por la tarde los organizadores del Festival, encabezados por la admirable e incansable Trinidad Ruiz Marcellán y algunos de los participantes en él, recorrimos la población de Litago siguiendo a la pregonera Teresa Gallo que anunciaba por las esquinas, con su maña gracia, el acto principal del día, mientras tenía lugar el bookcrossing: se distribuían libros entre las personas que seguían nuestra rúa por calles, callejuelas y plazoletas, y se dejaban ejemplares en ventanas y rincones, hasta llegar, a las 19 horas, a la Iglesia parroquial, donde tras unas palabras del alcalde de Litago, señor Pedro Herrero y el pregón, leído por Ana Labordeta, hija del homenajeado, dio comienzo el acto poético con breves lecturas de los poetas invitados al Festival.
Cerraron el acto, ya entrada la noche, los componentes de los grupos China Chana y Experimentos in da Notte.
El día 31 el festival alcanzó su momento culminante en diversos espacios del Monasterio de Veruela.
Por la mañana, en el Museo del Vino, tras unas palabras del Presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Campo de Borja, señor Gregorio García Chueca, los poetas invitados al festival, presentados individualmente por la actriz María José Moreno, dispusieron de unos veinte minutos cada uno para leer muestras de su obra. Así intervinieron (relacionados aquí por orden alfabético y no de lectura) el iraní Mohsen Emadi, Nacho Escuín, Elena Medel, Nuria Ruiz de Viñaspre, el estonio Jüri Talvet (que presentaba su antología poética bilingüe “Del sueño, de la nieve”, publicada por Olifante), Almudena Vidorreta y Carlos Vitale (argentino residente en Barcelona desde hace muchos años).
Fotografía: La actriz Mª José Moreno presentando a los poetas que leyeron en el Museo del Vino (31.7.2010).
Después de un buen almuerzo en un restaurante próximo al Monasterio, en la Sala Capitular de éste, situada en el claustro, cada uno de los poetas mencionados leyó un poema más.
Intervención de Nacho Escuín.
Intervención de Nuria Ruiz de Viñaspre.
Intervención de Jüri Talvet leyendo sus poemas en estonio, acompañado por su traductor, Albert Lázaro-Tinaut, que leyó sus versiones castellanas.
Intervención de Almudena Vidorreta.
El acto prosiguió con la intervención de otros poetas, que leyeron textos de José Antonio Labordeta; entre éstos (y siguiendo siempre el orden alfabético) estuvieron Antón Castro, Fernando Ferreró, Manuel M. Forega, Emilio Gastón, Ángel Guinda, Emilio Lacambra, Pepe Melero, Miguel Mena, Marta Navarro, Mariví Nicolás, Elena Pallarés, Antonio Pérez Lasheras, José Luis Rodríguez, Félix Romeo, Chusé Raúl Usón, Miguel Ángel Yusta y Chesús Yuste, a quienes se unieron lectores espontáneos presentes entre el numeroso público.
Este acto sirvió, además, para presentar el libro de canciones de José Antonio Labordeta “Mar de amor”, editado por Antón Castro y publicado por Olifante, Ediciones de Poesía para la ocasión, obra que recoge las mejores y más conocidas canciones del homenajeado..
Los participantes y el público pasamos luego al interior de iglesia del Monasterio, donde pronunciaron unas palabras Trinidad Ruiz Marcellán y el señor Rogelio Blanco, Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, a quien acompañaba Antón Castro. Se habían congregado allí unas 2500 personas, mientras que cerca de 1500 más no pudieron acceder al Monasterio ya repleto, lo cual es una muestra evidente de la popularidad de Labordeta y el cariño que se le tiene en las tierras de su amado Aragón.
Tras la proyección de un documental en el que José Antonio Labordeta habla de su vida y su obra, con su palabra recia y su irónico y sabio sentido del humor, empezó la intervención de diversos cantantes y grupos musicales que quiseron homenajear así a ese gran aragonés. Fue un largo y variado acto que abrió la bailarina Ingrid Magriñá, a la que siguieron Gold Night Jazz, Angi Ruiz, Daniel Zueras, Gabriel Sopeña, Franco Deterioro, Elena Rubio, Joaquín Carbonell, Louisiana, Joaquín Pardinilla, María José Hernández, Mr. Pendejo, Hüma Âlime con Luigi Moráez, Ludmila Mercerón, Javier Ruibal, Moncho Otero, el muy querido y ovacionado Pablo Guerrero y tres figuras del mundo musical español e internacional que no quisieron faltar y pusieron lo que suele denominarse (aunque sea con palabras trasnochadas) “broche de oro” al Festival: Marina Rosell, Amaral y Paco Ibáñez.
El artista Ricardo Calero preparó una magnífica acción titulada “Habrá un día en que todos…” en una pequeña capilla del templo, y otro artista local, Javier Lapuente, expuso una obra concebida en homenaje a Labordeta a la entrada del Monasterio, bajo las lápidas que recuerdan la estancia de Gustavo Adolfo Bécquer en aquel lugar.
La emoción estuvo flotando en el aire durante buena parte de los actos, y quienes vivimos intensamente los días del Festival nos fuimos de las faldas del Moncayo con el espíritu colmado de satisfacción. Es preciso (y un grato deber de reconocimiento) agradecer a Trinidad y a quienes la secundaron con estudiasmo (Marcelo Reyes, María José Moreno, Teresa Gallego, Ana Alcaraz, Helena Santolaya, Mariángeles Cuartero, Javier Lapuente, David Francisco, Columna Villarroya, Carmen Ruiz Fleta, Alfonso Desentre… y al equipo de técnicos de sonido, que actuó con admirable eficacia) su impagable esfuerzo, su vitalidad, su afecto, su increíble capacidad para que todo funcionara como una máquina de precisión, para que todos nos sintéramos a gusto.
Una cena-barbacoa servida por una gente encantadora a la que también debemos agradecimiento, los gestores y empleados del Bar Peña de Litago, permitió que quienes participamos activamente en el Festival (poetas, cantantes, organizadores y colaboradores) pudiéramos despedirnos en un ambiente de simpatía y amistad. Quedarán no sólo los recuerdos, sino también nuevos amigos con algunos de los cuales, a buen seguro, compartiremos otras experiencias. Ésta es la parte menos visible del Festival, pero también una de las más importantes.
¡Larga vida al Festival Internacional de Poesía del Moncayo, y que la salud del admirado y querido José Antonio Labordeta, representado en los actos principales del Festival por sus hijas Ángela y Ana y por sus pequeñas nietas, permita que lo podamos tener entre nosotros durante mucho tiempo más!
El día 29 se iniciaron los actos en el Conservatorio de Música de Tarazona con un homenaje al enorme y querido poeta y cantautor aragonés de dimensión universal José Antonio Labordeta, con la presencia de éste, pese a su delicado estado de salud.
El acto sirvió para presentar el libro “Hundiendo en las palabras las huellas de los labios. Poesía y canción de José Antonio Labordeta”, de Mario Ruiz Arganda, publicado por Olifante, Ediciones de Poesía.
A continuación tuvo lugar una lectura de poemas, coordinada por Ana Alcaraz, a cargo del Taller Literario Tierras del Moncayo. En ella intervinieron la propia Ana Alcaraz, María José Andréu Jiménez, María Luisa Gómez Gascón, María Victoria Díez Legorburu, Mercedes Mairal Ordovás, Milagros Morales García y Victoria Puig.
Se completó el acto con la actuación musical de Alam Folk.
El día 30 por la tarde los organizadores del Festival, encabezados por la admirable e incansable Trinidad Ruiz Marcellán y algunos de los participantes en él, recorrimos la población de Litago siguiendo a la pregonera Teresa Gallo que anunciaba por las esquinas, con su maña gracia, el acto principal del día, mientras tenía lugar el bookcrossing: se distribuían libros entre las personas que seguían nuestra rúa por calles, callejuelas y plazoletas, y se dejaban ejemplares en ventanas y rincones, hasta llegar, a las 19 horas, a la Iglesia parroquial, donde tras unas palabras del alcalde de Litago, señor Pedro Herrero y el pregón, leído por Ana Labordeta, hija del homenajeado, dio comienzo el acto poético con breves lecturas de los poetas invitados al Festival.
Fotografía: El alcalde de Litago, Sr. Pedro Herrero, leyendo unas palabras junto a
Ana Labordeta y Trinidad Ruiz en la iglesia de Litago (30.7.2010)
Ana Labordeta y Trinidad Ruiz en la iglesia de Litago (30.7.2010)
Cerraron el acto, ya entrada la noche, los componentes de los grupos China Chana y Experimentos in da Notte.
El día 31 el festival alcanzó su momento culminante en diversos espacios del Monasterio de Veruela.
Por la mañana, en el Museo del Vino, tras unas palabras del Presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Campo de Borja, señor Gregorio García Chueca, los poetas invitados al festival, presentados individualmente por la actriz María José Moreno, dispusieron de unos veinte minutos cada uno para leer muestras de su obra. Así intervinieron (relacionados aquí por orden alfabético y no de lectura) el iraní Mohsen Emadi, Nacho Escuín, Elena Medel, Nuria Ruiz de Viñaspre, el estonio Jüri Talvet (que presentaba su antología poética bilingüe “Del sueño, de la nieve”, publicada por Olifante), Almudena Vidorreta y Carlos Vitale (argentino residente en Barcelona desde hace muchos años).
Fotografía: La actriz Mª José Moreno presentando a los poetas que leyeron en el Museo del Vino (31.7.2010).
Después de un buen almuerzo en un restaurante próximo al Monasterio, en la Sala Capitular de éste, situada en el claustro, cada uno de los poetas mencionados leyó un poema más.
Intervención de Nacho Escuín.
Intervención de Nuria Ruiz de Viñaspre.
Intervención de Jüri Talvet leyendo sus poemas en estonio, acompañado por su traductor, Albert Lázaro-Tinaut, que leyó sus versiones castellanas.
Intervención de Almudena Vidorreta.
El acto prosiguió con la intervención de otros poetas, que leyeron textos de José Antonio Labordeta; entre éstos (y siguiendo siempre el orden alfabético) estuvieron Antón Castro, Fernando Ferreró, Manuel M. Forega, Emilio Gastón, Ángel Guinda, Emilio Lacambra, Pepe Melero, Miguel Mena, Marta Navarro, Mariví Nicolás, Elena Pallarés, Antonio Pérez Lasheras, José Luis Rodríguez, Félix Romeo, Chusé Raúl Usón, Miguel Ángel Yusta y Chesús Yuste, a quienes se unieron lectores espontáneos presentes entre el numeroso público.
Este acto sirvió, además, para presentar el libro de canciones de José Antonio Labordeta “Mar de amor”, editado por Antón Castro y publicado por Olifante, Ediciones de Poesía para la ocasión, obra que recoge las mejores y más conocidas canciones del homenajeado..
Los participantes y el público pasamos luego al interior de iglesia del Monasterio, donde pronunciaron unas palabras Trinidad Ruiz Marcellán y el señor Rogelio Blanco, Director General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, a quien acompañaba Antón Castro. Se habían congregado allí unas 2500 personas, mientras que cerca de 1500 más no pudieron acceder al Monasterio ya repleto, lo cual es una muestra evidente de la popularidad de Labordeta y el cariño que se le tiene en las tierras de su amado Aragón.
Tras la proyección de un documental en el que José Antonio Labordeta habla de su vida y su obra, con su palabra recia y su irónico y sabio sentido del humor, empezó la intervención de diversos cantantes y grupos musicales que quiseron homenajear así a ese gran aragonés. Fue un largo y variado acto que abrió la bailarina Ingrid Magriñá, a la que siguieron Gold Night Jazz, Angi Ruiz, Daniel Zueras, Gabriel Sopeña, Franco Deterioro, Elena Rubio, Joaquín Carbonell, Louisiana, Joaquín Pardinilla, María José Hernández, Mr. Pendejo, Hüma Âlime con Luigi Moráez, Ludmila Mercerón, Javier Ruibal, Moncho Otero, el muy querido y ovacionado Pablo Guerrero y tres figuras del mundo musical español e internacional que no quisieron faltar y pusieron lo que suele denominarse (aunque sea con palabras trasnochadas) “broche de oro” al Festival: Marina Rosell, Amaral y Paco Ibáñez.
Actuación de Amaral en la iglesia del Monasterio de Veruela
Actuación de Gold Night Jazz en la iglesia del Monasterio de Veruela
Actuación de la bailarina Ingrid Magriñá
Actuación de Hüme Âlime y Luigi Maráez
Actuación de Marina Rosell
Actuación de Pablo Guerrero
Actuación de Paco Ibáñez
Actuación de Gold Night Jazz en la iglesia del Monasterio de Veruela
Actuación de la bailarina Ingrid Magriñá
Actuación de Hüme Âlime y Luigi Maráez
Actuación de Marina Rosell
Actuación de Pablo Guerrero
Actuación de Paco Ibáñez
El artista Ricardo Calero preparó una magnífica acción titulada “Habrá un día en que todos…” en una pequeña capilla del templo, y otro artista local, Javier Lapuente, expuso una obra concebida en homenaje a Labordeta a la entrada del Monasterio, bajo las lápidas que recuerdan la estancia de Gustavo Adolfo Bécquer en aquel lugar.
La emoción estuvo flotando en el aire durante buena parte de los actos, y quienes vivimos intensamente los días del Festival nos fuimos de las faldas del Moncayo con el espíritu colmado de satisfacción. Es preciso (y un grato deber de reconocimiento) agradecer a Trinidad y a quienes la secundaron con estudiasmo (Marcelo Reyes, María José Moreno, Teresa Gallego, Ana Alcaraz, Helena Santolaya, Mariángeles Cuartero, Javier Lapuente, David Francisco, Columna Villarroya, Carmen Ruiz Fleta, Alfonso Desentre… y al equipo de técnicos de sonido, que actuó con admirable eficacia) su impagable esfuerzo, su vitalidad, su afecto, su increíble capacidad para que todo funcionara como una máquina de precisión, para que todos nos sintéramos a gusto.
Una cena-barbacoa servida por una gente encantadora a la que también debemos agradecimiento, los gestores y empleados del Bar Peña de Litago, permitió que quienes participamos activamente en el Festival (poetas, cantantes, organizadores y colaboradores) pudiéramos despedirnos en un ambiente de simpatía y amistad. Quedarán no sólo los recuerdos, sino también nuevos amigos con algunos de los cuales, a buen seguro, compartiremos otras experiencias. Ésta es la parte menos visible del Festival, pero también una de las más importantes.
¡Larga vida al Festival Internacional de Poesía del Moncayo, y que la salud del admirado y querido José Antonio Labordeta, representado en los actos principales del Festival por sus hijas Ángela y Ana y por sus pequeñas nietas, permita que lo podamos tener entre nosotros durante mucho tiempo más!
Albert Lázaro-Tinaut
Barcelona, 4 de agosto de 2010
Barcelona, 4 de agosto de 2010
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