Estreno 2013 de Teatro del Umbral
BLACKJACK
de Carlos Rehermann
de Carlos Rehermann
El último juego de Florencio Sánchez
La obra muestra algunas escenas de la
vida de Florencio Sánchez, durante los días que pasó en el casino de
Monte Carlo junto a su amigo Santiago Devic. Esa estadía ocurrió al
principio de su último año de vida, cuando el gobierno uruguayo
financió su viaje por Italia con la excusa de que trabajaría para
evaluar la posibilidad de que Uruguay concurriera a una exposición en
Roma. Era simplemente una beca encubierta. Florencio tenía, como
siempre, problemas de dinero. Su pasaje por los centros de
recreo de la Costa Azul probablemente obedeció a su interés por conocer
a algunos personajes influyentes en el mundo del espectáculo, aunque
quizá sólo se debía a la fascinación que ejercía sobre el sudamericano
pobre ese mundo de millonarios, príncipes y buscavidas.
Pero sin duda uno de los objetivos de Florencio en
su viaje era establecer contactos con empresarios y actores. Florencio
imaginaba que, así como había conquistado Buenos Aires, iba a poder
conquistar Europa. Conocía bien los repertorios de las compañías de
teatro europeas, porque llegaban regularmente al Río de la Plata, y
creía que su teatro estaba en un nivel perfectamente equiparable al
promedio europeo de su tiempo. Las actrices Eleonora Duse y
Sarah Bernhardt eran asiduas visitantes de Monte Carlo. No hay
información acerca de los contactos que tuvo el dramaturgo en ese viaje
por la costa francesa (y si hubieran sido con figuras como la Duse o
la Bernhardt, los datos seguramente figurarían en sus cartas de ese
período, que se conservan). Esta obra juega con tres de esos encuentros
posibles.
Las figuras elegidas para los encuentros de
Florencio con la cultura europea son las actrices Eleonora Duse y Sarah
Bernhardt y la bailarina Isadora Duncan. En el momento de la
acción, Eleonora hace poco que se separó de D’Annunzio. La vida de
Isadora cambiará para siempre pocos meses más tarde, cuando sus dos
hijos mueran en un accidente automovilístico. Sarah está en Monte Carlo
para encontrarse con su antiguo amante y retratista, Alfons Mucha.
Santiago Devic fue un cantante rosarino, amigo de
Florencio, que, se sabe, acompañó al escritor en su visita a la Costa
Azul francesa. También fue Devic quien intentó, en unos días
desesperados, llevar a Florencio a Suiza, con la esperanza de una
recuperación de su tuberculosis, y quien finalmente lo acompañó en sus
horas finales.
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